Situada en la provincia de Mendoza, esta casa de gran superficie desarrollada únicamente en planta baja se localiza en una zona de alto valor paisajístico. Esto permitió diseñar cada espacio con los mejores atributos posibles en cuanto a orientación, vistas y privacidad. Todas las estancias miran al norte para tener un asoleamiento perfecto, mientras que hacia el sur la casa se cierra para evitar los vientos predominantes. La fachada oeste constituye la entrada principal y a la vez sirve de transición desde el exterior al interior. El edificio se divide, a su vez, en cuatro sectores según el uso: semipúblico, social, familiar y privado. El límite entre sectores se hace claramente visible gracias a los muros que los separan.